Entrevista a Santiago Recio

ENTREVISTA AL DIRECTOR DEL FESTIVAL JUVENIL DE TEATRO GRECOLATINO DE GIJÓN

PARA ARS GRATIA ARTIS.

REVISTA DE HISTORIA DEL ARTE. IES PANDO OVIEDO.

Nombre: Santiago

Apellidos: Recio Muñiz

Formación Académica: Licenciado en Filología Clásica. Catedrático de Latín

Años como Director del Festival juvenil de teatro grecolatino de Gijón: 23

 

1.- ¿Cuándo se interesó por primera vez por el griego y el latín?

Cuando era un escolar, con 12 años. No existía entonces propiamente un interés, se trataba, claro, de una obligación académica, pero sin duda no me disgustaba. Luego, como en tantos acontecimientos humanos, hubo de intervenir el inconsciente: ese llano numantino tan cercano al lugar donde pasaba mis veranos, desde niño y como adolescente.

2.- ¿De dónde le viene la vocación?

Del interior, y esto enlaza con lo anterior. Hay en el día a día tantos gestos, palabras, miradas, olores, en principio intranscendentes, luego forman parte sustancial de las pequeñas decisiones que uno puede tomar. En casa, mi padre, catedrático de Latín, en la universidad, mi maestro, don José Luis Moralejo.

3.- ¿Qué opinión le merecía a su familia que se interesara por el latín y el griego como opción profesional?

En mi familia, nueve hermanos, cada uno prosiguió estudios según afinidades. Mis padres no cuidaban de ello.

4.- ¿Cuál es su obra de arte preferida? ¿Por qué?

Es una pena que en nuestros estudios universitarios no hubiera tenido menos peso la formación lingüística que, por lo demás, me apasionaba; siempre he echado en falta ampliar el horizonte de la filología clásica con saberes como arte o historia. Por esta razón, mi opinión está muy limitada. Y por otro lado, entra en juego de nuevo el inconsciente. Recuerdo la portada de un libro de texto para el bachillerato, editado por mi padre, la figura de Augusto Prima Porta. Cuando la contemplábamos hace unos años en un viaje de estudios con alumnos del IES Alfonso II, en los museos vaticanos, casi me eché a llorar. Me impresionó la obra, pero también el recuerdo, el paso del tiempo, de mi tiempo, y lo que había leído sobre esta escultura, de joven: el flequillo con la cola de golondrina (A. Blanco Freijeiro), el brazo invadiendo el espacio (S. Woodford), y enfrente, el Doríforo.

5.- Si tuviera que elegir tres palabras que definieran al arte griego ¿Cuáles serían? ¿Y del arte romano?

Conocidas son las de gracia, belleza, armonía, pero creo es más sustancial recordar una novedad más esencial de la que seguimos siendo deudores: su atrevimiento para innovar en todas las artes, como descubrí de la mano de E.H. Grombrich, eso que, de otra manera, A. Momigliano llamaba la noción de cambio en la historiografía.

Del arte romano me seduce el verso de Horacio Graecia capta…, la fuerza política de las imágenes, la utilización incansable del mito.

6.- ¿Cuándo fue la primera vez que decidió implicarse en la organización del Festival de teatro grecolatino de Gijón?

Tengo mala memoria, ya no pertenezco a aquella generación que se complacía diciendo se sabe lo que se recuerda. Es una pena, quizá. Pero en este caso me ayuda la lógica e ininterrumpida sucesión de los años: fue hace 23 años, a sugerencia del profesor D. Serafín Bodelón y de la mano de D. Aurelio Bermejo, creador y fundador de esta iniciativa en Segóbriga, caput Celtiberiae, en Cuenca, a cuyo teatro romano acudimos años antes con alumnos de Avilés y en compañía de D. Juan Baños, profesor de Griego, para ver la tragedia Bacantes y las comedias plautinas.

7.- ¿Cuántos años lleva con esta iniciativa?

Como decía, no fue iniciativa mía. Fui fiel a un ideal y a la persona que aún hoy, hace 34 años, lo mantiene vivo.

8.- ¿Qué destacaría de ella? ¿Cómo es la participación de los distintos institutos asturianos en ella?

El festival juvenil de teatro grecolatino de Gijón es uno más, modesto sin duda, de los que se celebran en toda España y Portugal, deudores de aquella iniciativa segobrigense. Y, visto así, en su conjunto, no tiene parangón en toda Europa, también por el número de participantes, decenas de miles de alumnos de ESO y Bachillerato; en el caso de Gijón, este año -un año más- han asistido 3.700 alumnos y profesores, fundamentalmente de Lenguas Clásicas, pero también de Lengua y Literatura castellana, de Filosofía, de Historia y de Arte, y de Artes escénicas.

Los Institutos muestran un interés total, lo acreditan su participación, curso tras curso, y la inscripción de los alumnos en los concursos de Cultura Clásica que arropan y complementan la fuerza educativa que encierra la contemplación de los dramas clásicos en una postura de ocio activo, como decía Marc Fumaroli, en Viaje al mundo de las artes y de las imágenes.

Pero quizá singularice al festival la cuidada edición de los libros de las obras representadas, con introducciones, guías didácticas y adecuadas versiones, antiguo y fructífero procedimiento de la imitatio. Y esto se hace con naturalidad, sin prisas, pero sin pausas, y siempre gracias a la generosidad de profesores que tienen un elevado concepto de su quehacer.

Se celebraron también symposia, cursos para profesores, exposiciones, pero a destacar el video Ut vita fabula, memoria de los 20 -primeros!- años del festival y, muy en especial, el libro Amicus amico, un homenaje a los jóvenes, a sus trabajos, estudios, reflexiones, ficciones y emociones, todo en torno al teatro grecolatino, a sus mitos, y a la sociedad que los creó.

9.- ¿Qué opina de la situación del Griego y del Latín en España?

Nunca ha habido tantos y tan preparados profesores en dichas materias. En mi adolescencia había ciertamente profesores excepcionales, auténticos maestros, personas sabias en su amplio sentido, pero eran singularidades. Y, por otro lado, disponemos hoy, profesores y alumnos, de tantos recursos! Tampoco se le escapa a nadie que la sociedad del presente y la del futuro, en grado superlativo, dispone más y más de ese otium cuyo sentido y disfrute lo facilitan las humanidades. Eppur…

10.- Sabemos que usted conoce cómo es en otros lugares. ¿Cuál es la situación de estas materias en Alemania?

Unas cifras: en 2015 más de 800.000 alumnos estudiaban Latín en Alemania, más de un 40% dentro del estado de Baviera. Latín es la tercera lengua extranjera -ellos no hablan de lenguas muertas, tampoco los franceses que las denominan respetuosamente anciennes-, por detrás del inglés y francés, por delante del español, a la que duplica. Y la diversidad de centros de Secundaria permite ofertas educativas del Latín también diversas, con una duración de su aprendizaje que puede oscilar entre siete y dos años!!

Cuando por aquella fecha acompañaba a mis alumnos de Alemán que realizaban un intercambio con el Albert-Einstein-Gymnasium de Múnich, participé en una clase de Latín junto el profesor alemán. Eran unos veinticinco alumnos de la clase 10, nuestro 4º de ESO, y traducían en ese trimestre una antología de textos sencillos sobre Cicerón y la retórica. Les propuse reconocer las diferencias en la lectura del latín entre mi pronunciación «española» y la «alemana», de su profesor. Y lo hicieron advirtiendo la claridad y adecuada equivalencia fonológica que el español otorgaba a cada letra latina. Me sorprendieron luego con su reflexión del concepto de decus, con que el orador debía impregnar la lengua, el estilo, la armonía y demás recursos retóricos, y su vida!  En fin, no me extiendo más.

11.- ¿Cómo surgió la iniciativa de convocar los Premios del Festival de teatro grecolatino de Gijón?

Quería que el festival fuera más allá de la asistencia a las representaciones. Los libros de los que antes hablé y los premios son necesarios. Tengo siempre presentes las palabras de D. Carlos García Gual de que enseñar a leer, a entender de verdad lo leído, a profundizar en su sentido con mirada crítica e intentar expresar con claridad las propias respuestas frente a esos textos impresionantes es un reto espléndido para un auténtico educador.

12.- ¿Por qué un premio sobre investigación en estas materias?

Las palabras investigación y ciencia son familiares para las lenguas clásicas. Y hoy en día, también; voy a poner dos ejemplos: uno lo podemos encontrar en el libro de Carl Vossen, Madre latín y sus hijas. El latín y las lenguas de Europa, donde de forma amena y profusión de ejemplos se dedican capítulos al Latín en la jurisprudencia, la farmacia, la botánica, las ciencias en general, la publicidad, o un paseo en latín por Roma, hoy en día. No sigo, porque confieso que de detrás de esta referencia hay velada publicidad de algo personal.

Y el otro buen ejemplo es el de otro libro: Las ciencias y las humanidades, del matemático Henri Poincaré, un manifiesto en favor de las humanidades como alimento de todo estudiante, pero también necesario e ineludible para el hombre de ciencia que se precie. Y lo hace echando mano de los beneficios intelectuales que el ejercicio de la traducción comporta. Lo dejo ahí. Es emocionante leer las palabras sabias de un hombre sabio. Una modesta sugerencia de lectura…

13.- ¿Cuál es su autor grecorromano preferido? ¿Por qué?

Es curioso. Se nos ha inculcado siempre un respeto por los escritores grecolatinos que el empleo del término preferencia me resulta excesivo. Valoro en la medida de mis fuerzas cosas distintas en cada uno. Empezaré reconociendo que mi escasa competencia sólo atiende a la literatura latina. Y que la literatura griega la he conocido un poco más y mejor gracias a las clases, a los alumnos y a los festivales de teatro. Como los jóvenes, a su lado y con ellos, he leído por vez primera más de una obra clásica: Traquinias, Coéforas, Los persas, La samia,…

Y siendo menos evasivo, en la literatura latina, abro, como si un texto sagrado fuera, los extensos prólogos fuertemente moralizantes de las monografías de Salustio, cuyas imágenes me arrastran a la Roma de la edad de Oro; los discursos de Escipión ante el senado, llenos de bonhomía – para el hoy, un ejemplo-, oponiéndose a la destrucción de Cartago, en Tito Livio; el descubrimiento del sentimiento de la naturaleza, del paisaje, en las Geórgicas del delicado Virgilio y el manierismo amoroso de Catulo. O las reflexiones morales del estoicismo, en obras de Cicerón o en las Meditaciones del emperador Marco Aurelio. Pero Tácito me seduce por su profundidad, también por su estilo indirecto, un viejo trabajo inconcluso… y Horacio me tiene reservadas altas cimas que todavía no he alcanzado. Y es confesión de un montañero impenitente.

14.- ¿Y la obra que más le gusta ¿ ¿Razones?

Curiosamente, y os agradezco una vez más esta sesión en el diván, en la relación anterior donde he citado autores y obras, no he incluído a ningún dramaturgo. Sin duda, han llegado después en el tiempo Plauto y la tragedia griega. Me conmueve la solemnidad de Esquilo (que he entendido mejor a través de la novela Abril quebrado, de Ismail Kadaré y, especialmente, de su Esquilo; cómo veis hay muchas vías para llegar a los clásicos) y disfruto los ejercicios retóricos de los dramas de Eurípides. Y en todos ellos, sus esfuerzos para orientar su escritura a la paideia, al descubrimiento de lo que somos -y que no hemos dejado de ser.

15.- ¿Qué es lo más difícil de conseguir para que el Festival grecolatino salga adelante?

Nada es difícil, si la ilusión no falta. El primer día en el que esto echó a andar, exponía con pasión la importancia del festival y al cabo de un rato pude apreciar en quienes me escuchaban pacientemente cierta perplejidad que terminó en un: ya ves, todavía hay quienes… y encima seguro que funciona. Y me concedieron un margen de confianza…hasta hoy! Bueno, en serio, en el teatro Jovellanos de Gijón he encontrado sensibilidad, respeto y confianza en mi propia persona como organizador. Nunca dejaremos de agradecérselo todos los que valoramos el altísimo potencial educativo de las Humanidades.

Como curiosidad decir que antes había tocado la puerta de quien me respondió que estas propuestas eran acertadas para el Mediterráneo, que en Asturias se podría aplicar aquello de Graecum est, non legitur. Afortunadamente, como no podía ser menos, esos augurios no se cumplieron, todo lo contrario.

16.- ¿Qué opinión le merece la situación de la Humanidades en España? ¿Y en Asturias?

No es decir nada nuevo afirmar que no venden. Por qué? Me llama la atención que España, de lengua hija del latín, le sustraiga a nuestros jóvenes su cabal conocimiento, cuando países como Alemania, de raíces germánicas, no se lo regatea a los suyos. Por qué? Me llama la atención que su conocimiento sea un requisito académico para cursar allí Medicina, Derecho,… y aquí no lo sea de nada. Conscientes de sus beneficios, ellos actúan con lógica pragmática. Nosotros, no. Y siempre tropezamos con los que ocupan los puestos públicos con responsabilidades educativas, personas sin formación universitaria bien acreditada en las disciplinas de Humanidades y en las de Ciencias. Y también con nuestra acomodaticia respuesta.

Y luego está la presión de una sociedad de consumo que, perdón por la expresión, sólo quiere hacer caja y sin pudor llama y trata al ciudadano de consumidor. Es una pena pasearse por esos centros comerciales… Los profesores tenemos ahora más que nunca una grave responsabilidad con los jóvenes, si queremos humanizarlos, que vivan una vida digna de ese nombre, libre de estúpidas frustraciones al verse dependientes del mercado, de modas y precios y, por el contrario, llenarles de criterios morales y estéticos, de cosas inútiles, a los ojos de los simplones criterios económicos, de esa utilidad de lo inútil de la que deliciosamente nos habla Nuccio Ordine en un libro con tal título.

17.- ¿Qué opina sobre el arte contemporáneo? ¿Qué obra elegiría?

Bueno, qué decir. Que durante mis años, creo que doce, como profesor de Alemán, se intensificaron contactos y pasiones por aquel país, y cuando pienso en el arte contemporáneo lo hago a la vez rememorando las vanguardias de los museos berlineses y muniqueses, donde se concentran excelentes obras, en calidad y cantidad. En ellos me he pasado muchas horas así como realizando itinerarios de arquitectura por las calles de Berlín. Las creaciones de los grandes arquitectos son las que provocan más mi atención. La figura de Rafael Moneo, su obra, me causó admiración, desde hace muchos años. Guardo de él una extensa dedicatoria en un libro de Joseph Rykwert sobre la forma urbana antigua y también su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes: Sobre el concepto de arbitrariedad en arquitectura. Léase, es de lectura amena, pues Moneo es una persona amable, y él me eximirá de responderos a otras preguntas que veo tenéis ya preparadas: la influencia del arte grecolatino en el mundo actual.

18.- Volviendo al drama, ¿qué personaje de la actualidad podía ser protagonista de una comedia griega?

Bien podría ser Woody Allen, quien con su película Poderosa Afrodita homenajea a la Grecia clásica y al drama en particular. Personajes estereotipados, ruptura de la cuarta pared, la figura de la prostituta, la exposición de un recién nacido,… las conexiones entre el mundo burgués y el de los bajos fondos, los juegos de palabras… En fin, altas dosis de comedia grecolatina helenística, de Menandro a Plauto.

19.- ¿Y de un tragedia? ¿A cuál elegiría?

La tragedia fue un género literario tan vinculado a una época -la Grecia clásica de Pericles- que con el fin de ésta también aquélla desapareció. Sin embargo, su propósito es -paradójicamente- universal, al reflexionar sobre los grandes temas que perturban al hombre. Por eso el concepto de lo trágico no ha desaparecido, aunque lo haya hecho el formato literario de antaño, con sus coros. Y un personaje apropiado debería ser aquel que haya luchado hasta el final por el triunfo de unos ideales, justos para la ciudad, aún a costa de su propia existencia. Por tanto, la vida de tantos inocentes de las guerras de hoy, de las familias de hoy, sin culpa, como Edipo, como Antígona, como Ifigenia o Políxena (de nuestra Hécuba de Gijón), sería la vida del personaje central de la tragedia de antaño. Quizá alguna de esas vidas se ha iluminado un poco más con el foco de la fama literaria, entonces les concedería el primer paso a los poetas sensibles a esas crueles realidades, a Constatino Cavafis, a Odisseas Elytis.

20.- ¿Cree que el teatro grecorromano está vigente en pleno S. XXI?

Todo lo que he ido diciendo debería haber contestado a esta pregunta. El teatro grecolatino (mejor llamarlo así que grecorromano) da respuesta a lo que al joven de hoy puede interesar si quiere vivir una vida consciente, dueño de sí mismo, de sus pensamientos y emociones, sabedor del lugar que ocupa, bien pertrechado para la vida. En cada obra verá cómo se verbalizan sentimientos cotidianos, en relación con la familia, con los padres, con los amigos y, sobre todo, con el amor. Y se dicen en voz alta, para buscar un diagnóstico. Y en la tragedia, de trasfondo suprafamiliar, cívico en sentido pleno, asistimos a auténticos debates sobre la libertad, la justicia, el poder, la venganza, la hospitalidad… Todo se analiza con detalle y a la vez con viveza. Criterios para elegir. Sin duda, si no hay educación, -formación me gusta más- resultará difícil que el joven no se decante por la diversión fácil y la banalidad.

21.- Finalmente, ¿qué le diría a un alumno/a que quisiera estudiar Filología Clásica?

Lo felicitaría y le aconsejaría acompañarla de una buena formación en lenguas europeas: alemán, inglés y francés, al menos. Le diría también que se equivocaría si pensase que el conocimiento de otros saberes como Historia, Arte o Filosofía no son tan nucleares para sus estudios. Lo son y en altísimo grado. El humanismo ciceroniano así le obliga.

 

Muchísimas gracias por su participación.